ALMAS FELINAS SIN HOGAR

ALMAS FELINAS SIN HOGAR

Almas Felinas sin hogar es una agrupación dedicada al cuidado, protección y control poblacional de gatos callejeros y ferales de la ciudad de Gral Roca y alrededores en la Norpatagonia Argentina, mediante la aplicación del método Capturar-Esterilizar-Soltar o TNR (Trap-Neuter-Return). Forma parte además de Feral Friends Network, una red mundial de grupos y asociaciones que trabajan promoviendo, difundiendo e implementando programas de TNR en sus áreas, bajo la supervisión y asesoramiento de Alley Cat Allies (ACA), la organización más importante en materia de gestión de colonias y TNR.

 

𝑨 𝒑𝒓𝒐𝒑𝒐́𝒔𝒊𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝑻𝑵𝑹 (𝑨𝒕𝒓𝒂𝒑𝒂𝒓-𝑪𝒂𝒔𝒕𝒓𝒂𝒓-𝑹𝒆𝒕𝒐𝒓𝒏𝒂𝒓), 𝒚 𝒅𝒆 𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒎𝒆́𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒆𝒇𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒃𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒈𝒂𝒕𝒐𝒔 𝒇𝒆𝒓𝒂𝒍𝒆𝒔…
Era el año 2018 y se reavivaba un conflicto entre un club y una chacra vecina en la zona de la ribera del río por la presencia de una numerosa colonia de gatos ferales.
Gatos hambrientos invadiendo continuamente las instalaciones del club en la búsqueda de alimento, rotura de bolsas de residuos, olores desagradables por el rociado de orina de los machos, presencia constante de crías que nacían en los entretechos u otros escondites, animales muertos por el ataque de perros, entre otras tantas molestias producto de la falta de control de la población y la renovación constante. Tras una historia de reclamos al municipio sin respuesta por no poder ofrecer una solución concreta, las circunstancias llevaron al personal del club a la repudiable y lamentable decisión de ejecutar dos evenenamientos masivos (no denunciados), infructuosos como es sabido por la ecología de las poblaciones felinas, y que solo agravaron el problema poniendo en riesgo incluso la salud de las personas que allí concurrían.
En ese entonces nuestra asociación ya tenía la experiencia exitosa en el control de 5 colonias urbanas mediante la aplicación de TNR, y fue por ello que desde el área de ambiente solicitaron nuestra colaboración para abordar este problema. Y por supuesto así lo hicimos.
El desafío comenzaba en intentar convencer al cuidador de la chacra y de la colonia, un hombre mayor de edad y solitario que consideraba a estos gatos como su familia. En una posición de desconfianza, teníamos conocimiento por otras voces que expulsaba en no muy buenos términos a cualquier persona que se acercaba a mencionarle siquiera el problema que estaba ocasionando la reproducción descontrolada de los gatos que protegía. Por fortuna hablar con él en forma amable y paciente, explicándole con detalle el trabajo que pretendíamos hacer allí para evitarle más sufrimiento a sus gatos, nos llevó a obtener su permiso para aplicar TNR en el lugar, comenzando las tareas con el inicio de la primavera. El reto era inmenso: 92 gatos ferales, entre adultos y cachorros, numerosas hembras preñadas, un exorbitante número que no habíamos sobrellevado con las colonias previamente afrontadas. Tras habituarlos a nuestra presencia para evitar su desconfianza y huída, nos pusimos en acción. Una tarde y 11 noches de captura, dos veces por semana, fueron suficientes para lograr atrapar a 81 amigos ferales, llevarlos a castrar, devolviéndolos nuevamente al lugar para evitar un “efecto vacío”, y controlar así la población de esta colonia, dejando la captura de los restantes para más adelante al haberse dificultado el procedimiento por el alerta generalizado que ocasionaba nuestra aparición nocturna entre los felinos.
Posterior al procedimiento masivo de TNR, continuamos mensualmente el seguimiento, y al mes de diciembre de 2019, poco más de un año después, la población había disminuido a 46 gatos. Ya en el transcurso del año 2020 no detectamos más animales provenientes de territorios vecinos, no visualizando nuevas crías ni cachorros. Y hoy, septiembre de 2022, habiendo transcurrido 4 años desde el primer abordaje, el número de individuos se ha visto reducido a tan solo 6 gatos adultos. Sabemos fehacientemente que no han existido envenenamientos masivos en la zona que justifiquen este descenso, ya que también existe otra colonia muy cercana controlada y bajo seguimiento. Estimamos que la reducción paulatina en la población se ha debido fundamentalmente a la castración de por lo menos el 70% del número total de gatos recomendado en este método, que disminuye considerablemente la tasa de nacimientos, y que ha demostrado en numerosas publicaciones ser el motivo del descenso en el número de individuos.
La aplicación de este método no solo llevó a reducir considerablemente las molestias ocasionadas, sino también a dar por finalizado en forma definitiva un conflicto de larga data entre vecinos, donde los animales se llevaban el peor de los sufrimientos.
𝐀𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐫-𝐂𝐚𝐬𝐭𝐫𝐚𝐫-𝐑𝐞𝐭𝐨𝐫𝐧𝐚𝐫, 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐦𝐞́𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐢𝐦𝐩𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥, 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐲 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥, 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐯𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐥𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨, 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐫𝐭𝐢𝐞́𝐧𝐝𝐨𝐬𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚, 𝐞́𝐭𝐢𝐜𝐚, 𝐞𝐜𝐨𝐧𝐨́𝐦𝐢𝐜𝐚 𝐲 𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐛𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐧𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐠𝐚𝐭𝐨𝐬 𝐟𝐞𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬.
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